¿Qué significa a cada cerdo le llega su San Martín?

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La fiesta de Martín de Tours cae el 11 de noviembre, una fecha que muchos conocen también como el Día de los Veteranos, o el Día del Armisticio. A medida que se acercaba el final de la Gran Guerra a finales de 1918, la elección de Martin como fecha para la firma del armisticio fue profunda. Francia, donde había tenido lugar gran parte de la matanza de una guerra dudosa, celebró la paz bajo el patrocinio de uno de sus mayores y más antiguos santos, él mismo un soldado que había dejado las armas y abrazado la paz.

Al final del otoño, la Martinma era tradicionalmente en Europa una época de fiestas agrícolas, de prueba de la nueva cosecha de vino y de matanza de gansos, ganado y, en España, de cerdos. El refrán «A cada cerdo le llega su San Martín» refleja esta costumbre al tiempo que ofrece una fatídica advertencia a los orgullosos y codiciosos.

El año pasado, la fiesta de San Martín cayó justo después de unas elecciones trascendentales. En la capilla de San Lucas de la Berkeley Divinity School, a la vuelta de la esquina del campus principal de la YDS, escuché el 11 de noviembre, como solemos hacer allí en esos días, un resumen de la vida del santo leído antes de la oración de la mañana, y me sorprendió la lección que ofrece nuestro momento político.

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Seguramente muchos de ustedes estarán familiarizados con la frase «a todo cerdo le llega su San Martín». Este dicho popular proviene de una antigua tradición irlandesa: Martinmas o Saint Martin’s Day, que se celebra para marcar el momento en que se debe recoger la cosecha de trigo de otoño, cada 11 de noviembre. Además, era el momento en el que los animales que habían sido engordados debían ser sacrificados para servir de alimento.

Aunque este año ha sido especialmente diferente debido a la pandemia en la que nos encontramos, es una tradición que se puede seguir celebrando. Eso sí, de forma diferente. A finales de octubre, el gobierno irlandés decretó un toque de queda en todo el país para frenar el índice de contagios. Este bloqueo afecta al cierre de tiendas y restaurantes durante, de momento, seis semanas.

Sin embargo, cada familia puede llevar a cabo su propia celebración de San Martín en sus casas. Eso sí, siempre cumpliendo las normas de seguridad y, sobre todo, comprando en los comercios locales. Aunque este año será diferente, hay muchas formas de disfrutar y celebrar esta fiesta mañana. ¿Quieres saber más sobre ella? ¡Sigue leyendo!

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Martín de Tours (en latín: Sanctus Martinus Turonensis; 316 – 8 de noviembre de 397), también conocido como Martín el Misericordioso, fue el tercer obispo de Tours[a]. Se ha convertido en uno de los santos cristianos más conocidos y reconocidos de Francia, anunciado como patrón de la Tercera República, y es patrón de muchas comunidades y organizaciones de toda Europa. Originario de Panonia (en la actual Europa central), se convirtió al cristianismo a una edad temprana. Sirvió en la caballería romana en la Galia, pero dejó el servicio militar en algún momento antes del 361, cuando se convirtió en discípulo de Hilario de Poitiers, estableciendo el monasterio de Ligugé. Fue consagrado obispo de Caesarodunum (Tours) en 371. Como obispo, participó activamente en la supresión de los restos de la religión galorromana, pero se opuso a la violenta persecución de la secta de ascetas priscilianistas.

Su vida fue registrada por un hagiógrafo contemporáneo, Sulpicio Severo. Algunos de los relatos de sus viajes pueden haber sido interpolados en su vita para validar los primeros lugares de su culto. Se le conoce sobre todo por el relato de que utilizó su espada militar para cortar su capa en dos, para dar la mitad a un mendigo vestido sólo con harapos en pleno invierno. Su santuario de Tours se convirtió en un famoso punto de parada para los peregrinos en el camino de Santiago de Compostela (España). Su culto se reavivó en el nacionalismo francés durante la guerra franco-prusiana de 1870/1, y como consecuencia se le consideró patrón de Francia durante la Tercera República[2].

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Los refranes españoles son una forma estupenda de aprender vocabulario porque proporcionan un contexto para las palabras que se intentan aprender. Un estudiante olvidará fácilmente una palabra memorizada cuando no se le haya proporcionado suficiente contexto para recordarla. Con los refranes se resuelven inmediatamente los problemas de contexto porque vienen empaquetados como una pepita de sabiduría completa, con palabras que se refuerzan mutuamente para un mejor recuerdo. Como la quinta frase de nuestra lista, «Más ven cuatro ojos que dos», por ejemplo.

Además del vocabulario, los refranes son grandes maestros de una gramática eficaz, en la que cada palabra no sólo cuenta, sino que está colocada donde debe estar. Los refranes son sabiduría tópica, y llegan a serlo no sólo porque enseñan sabiduría práctica, sino también porque lo hacen de forma gramaticalmente eficiente. Los refranes españoles, en definitiva, son ejemplos perfectos de cómo crear frases gramaticalmente correctas con el máximo impacto.

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