¿Cuáles son las 3 características de la personalidad?

Definición de los rasgos de personalidad

El presente estudio también explora la relación entre los rasgos de personalidad y la adopción de roles profesionales, pero incluye un posible mecanismo mediador. De hecho, las investigaciones anteriores han dejado sin respuesta la cuestión de cómo podemos explicar que los rasgos de personalidad se asocien con la promulgación de determinados roles profesionales. En línea con el enfoque funcionalista de la personalidad (Wood et al., 2015), sostenemos que cada rasgo de personalidad genera una preferencia por determinados roles profesionales. Estas preferencias, a su vez, afectarán a los comportamientos de los individuos y, por lo tanto, también a la probabilidad de que ciertos roles profesionales se lleven a cabo. Por lo tanto, proponemos que las preferencias por los roles profesionales funcionen como un mecanismo mediador en la relación entre los cinco grandes rasgos de personalidad y la adopción de los roles profesionales (véase la figura 1).

Con este estudio, esperamos contribuir a la literatura existente de varias maneras. En primer lugar, este estudio responde a la petición de más investigación para explicar la relación entre los rasgos de personalidad y el comportamiento en el trabajo (véase Barrick, 2005). Comprender los mecanismos subyacentes que aclaran la relación entre los rasgos de personalidad y la adopción de roles profesionales no sólo puede contribuir al desarrollo de la teoría de la personalidad, sino que también puede ayudarnos a identificar los factores que influyen más directamente en la adopción de roles profesionales (es decir, los mediadores propuestos). En segundo lugar, esperamos contribuir al creciente cuerpo de investigación que reconoce que los empleados no son receptores pasivos de las características del trabajo que recorren trayectorias profesionales fijas, sino que pueden ser vistos como agentes activos en la construcción de su trabajo y su carrera (Savickas, 2013; Wrzesniewski et al., 2013). Al investigar cómo los rasgos y las preferencias de rol de carrera afectan a la promulgación del rol de carrera, este estudio destaca cómo los empleados tienen un papel determinante en su propio desarrollo de carrera. Los conocimientos sobre estas cuestiones pueden contribuir a las percepciones de los empleados sobre el control del entorno laboral y las percepciones de autoeficacia y competencia (Spreitzer y Doneson, 2005). Por último, esperamos que las percepciones derivadas de este estudio puedan ofrecer algunas sugerencias prácticas provisionales a los empleados que quieran planificar su carrera, así como a los profesionales de la gestión de recursos humanos, a los entrenadores y a otras personas interesadas en ofrecer orientación y apoyo a los empleados individuales.

Eneagrama tipo 3

El presente estudio comparó a los hombres maltratadores, con y sin problemas de alcohol, con hombres no maltratadores de la misma edad en cuanto a medidas de estilo de personalidad, trastorno de la personalidad, disforia y una serie de medidas demográficas. No hubo diferencias entre los grupos en cuanto a composición racial, preferencia religiosa o devoción religiosa. Los hombres maltratadores tenían menos probabilidades de tener un empleo, de mantener una relación intacta y de tener un nivel educativo inferior. Tenían más probabilidades de haber sido testigos de abusos o de haberlos sufrido en la infancia, aunque esta observación es más característica de los maltratadores con problemas de alcoholismo. Las medidas de personalidad y psicopatología generalmente apoyaron la hipótesis de que los varones maltratadores mostrarían mayores elevaciones en las escalas de pruebas que reflejan el trastorno de la personalidad y la disforia y menos conformidad que los no maltratadores. El abuso de alcohol estaba relacionado con mayores diferencias entre los agresores y los no agresores. Se discuten las implicaciones de estos resultados y las preocupaciones metodológicas para futuras investigaciones.

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Los rasgos de personalidad reflejan los patrones característicos de pensamientos, sentimientos y comportamientos de las personas. Los rasgos de personalidad implican consistencia y estabilidad: se espera que alguien que puntúe alto en un rasgo específico como la extraversión sea sociable en diferentes situaciones y a lo largo del tiempo. Por tanto, la psicología de los rasgos se basa en la idea de que las personas se diferencian entre sí por su posición en un conjunto de dimensiones básicas de rasgos que persisten a lo largo del tiempo y en distintas situaciones. El sistema de rasgos más utilizado es el llamado Modelo de los Cinco Factores. Este sistema incluye cinco rasgos generales que pueden recordarse con el acrónimo OCEAN: Apertura, Conciencia, Extraversión, Agradabilidad y Neuroticismo. Cada uno de los rasgos principales de los Cinco Grandes puede dividirse en facetas para ofrecer un análisis más detallado de la personalidad de alguien. Además, algunos teóricos de los rasgos sostienen que hay otros rasgos que no pueden ser captados completamente por el modelo de los cinco factores. Los críticos del concepto de rasgo sostienen que las personas no actúan de forma coherente de una situación a otra y que las personas están muy influenciadas por las fuerzas situacionales. Por ello, uno de los principales debates en este campo se refiere al poder relativo de los rasgos de las personas frente a las situaciones en las que se encuentran como predictores de su comportamiento.

Los 5 grandes rasgos de la personalidad

El concepto de los «cinco grandes» rasgos de la personalidad procede de la psicología e incluye cinco amplios ámbitos que describen la personalidad. Estos cinco rasgos de personalidad se utilizan para comprender la relación entre la personalidad y los distintos comportamientos.

Se supone que estos cinco factores representan la estructura básica de todos los rasgos de la personalidad. Estos cinco factores fueron definidos y descritos por varios investigadores diferentes durante múltiples períodos de investigación. Sin embargo, como resultado de sus amplias definiciones, los cinco grandes rasgos de personalidad no son tan poderosos para predecir y explicar el comportamiento real como lo son los rasgos específicos de nivel inferior, más numerosos.